Domingo, 13 de diciembre de 2015 / 20.16 horas
Y lo bonito que es recordar las tardes de domingo los lunes por la mañana. Y lo bonito que es pensar que es domingo y exprimirlo al máximo. Y lo bonito que es el domingo, así a secas. Suponemos que lo de salir el jueves (el nuevo viernes) y los viernes es mucho más productivo y alentador que salir los sábados. Salir los sábados supondrá estar postrado en la cama todo el domingo. Salir los jueves o los viernes supone aprovechar los domingos, he ahí la cuestión. Y por eso creemos que este es uno de nuestros días favoritos de la semana, aunque también nos gusten los jueves porque parece que ya empieza el fin de semana (aunque esto nunca sea verdad y al día siguiente todos tengamos que trabajar). Ya se ha hecho de noche, ya hemos recorrido la ciudad, ya hemos vuelto a casa, ya hemos encendido una de las velas “con olor a viento” de las chicas de A-TIPICA (y lo cierto es que no sabemos como han podido adivinar el olor del viento, que nos transporta), ya nos hemos tapado hasta arriba con nuestra nueva manta de LAMANTIKA y nos disponemos (delante del ordenador) a intentar explicar y describir la “perfección” de un domingo sin resaca.
1.- Despiértate pronto y ponte sudadera, en ese orden. Los domingos por la mañana también cuesta levantarse de la cama, aunque muchos digan lo contrario (a todos esos no hay que hacerles demasiado caso). Y aunque los sábados por la noche nunca se debe poner el despertador también debemos despertarnos pronto. El domingo es día de sudadera XL (porque las sudaderas siempre deben de quedar un poco grandes), es día de agarrar los puños que sobresalen tras las mangas del abrigo, de que los jóvenes parezcan más jóvenes y de que los mayores también lo parezcan. Descubrimos hace un tiempo las PINTÓN, las PINTÓN porque así se llama su diseñador (Paco Pintón) y porque ya se han convertido en una especie de “icono” (LAS). “Quien tiene una PINTÓN mola, eso es así”, y este entrecomillado no lo hemos dicho nosotros (aunque podríamos haberlo hecho).
2.- Acuérdate de comprar pan el sábado por la tarde y desayuna en casa. Quizás es porque estamos todo el día de restaurante en restaurante, de bar en bar. Pero, a nosotros, los domingos nos gusta desayunar mucho, con calma y sin que nadie nos sirva nada. Pero acuérdate de comprar pan los sábados por la tarde, PANIC no abre los domingos por la mañana. Nos queda muy cerca de casa (calle Conde Duque, 13), pero aunque nos quedara lejos seguiríamos comprando el pan allí. La humildad del agua, la sal y la harina, aquí, se convierten un todo un objeto de deseo (y cuidado, engancha). Acuérdate también de comprar naranjas para el zumo (siempre en vaso grande, para que de la sensación de que de un sólo trago no se acaba), buen aceite (nosotros estamos enganchados al del ajo de LA CHINATA de Chueca) y mermeladas caseras como las de LA MADRE DE MIREN (de elaboración 100% artesanal, con productos locales y de temporada e incluso con un servicio de sabores “a medida”).
3.- Sal a pasear hasta que tengas hambre. Recorre las calles de tu ciudad hasta que ya no puedas más y tu cabeza sólo haga que pensar en una silla, una mesa y un plato lleno de comida. Pasea mirando hacia arriba y fíjate en todos esos edificios en los que nunca antes te habías fijado (y di en voz alta el clásico: “Uy, pero yo esto nunca lo había visto y mira que he pasado veces por aquí”), párate a tomar un caña rápida cuando parezca que estás cansado (pero todavía no es hora de comer, sigue caminando). Son las 15.30h, saca el iPhone y revisa la hoja de notas en la que tenías escritas todas esas aperturas que querías probar. ¿Por ejemplo? Lo último en el barrio de Alonso Martínez (y una de las últimas-ultimísimas aperturas en Madrid): LA VAQUERÍA MONTAÑESA. El culpable es Carlos Zamora, el local era una antigua vaquería (calle Blanca de Navarra, 8) y viene abalada por sus hermanos mayores: La Taberna Carmencita, Celso y Manolo o El Italiano, en Santander. Aquí podrás comer cosas tan (tan) apetecibles como sus croquetas de bogavante del Cantábrico (y mucho más).
4.- Entra en todas esas tiendas que sólo abren durante 2 días. “Ay la magia lo de efímero, la magia de lo efímero”. Suena muy bonito (entre suspiros) pero ¿y lo que fastidia no haberte enterado de que esa tienda abre sólo 2 días? Nosotros este fin de semana estuvimos en la venta Pop Up de PASSAGE PRIVÉ (allí descubrimos las tartas de HERMANASARCE, las vajillas artesanas de LAONPOTTERY o el universo de plantas de BLUEYELLOW, de la que ya os habíamos hablado) y, también, visitamos la casa/estudio/tienda de CASA JOSEPHINE, en el castizo barrio de La Latina. La actual casa de los creadores de este estudio de arquitectura y decoración (y de su casa rural en La Rioja), que abren cada Navidad (y sólo durante un fin de semana) para vender sus lámparas, vajillas o muebles. Y los más despistados están de suerte: ¡Alargan su apertura lunes (14) y martes (15) de 11 a 20horas en la Plaza del Alamillo, 11!
5.- Merienda tortitas en el VIPS. Ellas (y sólo ellas) son y serán el perfecto antídoto de los domingos. Coge mesa en uno de los clásicos VIPS que pueblan el centro de Madrid, pide tortitas (con nata) y mucho sirope de chocolate. Aunque, estaréis de acuerdo con nosotros: ¡Nunca hay sirope suficiente!
6.- Pasea de nuevo hasta casa, entre melancólico (porque el domingo se acaba) y feliz (porque has aprovechado el día). FIN, mañana es lunes (pon el despertador).
Síguenos la pista en @quenomeladenconqueso
Sin Comentarios